En realidad, la artritis no es, en el sentido estricto de la palabra, una enfermedad, sino una manifestación de inflamación en el tejido articular.
Puede ser causada por deficiencias nutricionales, abuso de las articulaciones y lesiones.
En cuanto a las deficiencias de nutrientes, a menudo se encuentra una deficiencia de vitaminas B, C, D y F o una deficiencia de Calcio, Potasio, Magnesio, Hierro, Cobre y/o Sodio.
Primero hay que observar intrínsecamente la función de las glándulas suprarrenal y tiroides y observar la tasa de oxidación que produce el cuerpo.
¿Por qué es tan importante la tasa de oxidación?
Si su tasa de oxidación es rápida, simplemente significa que tiene una tasa de metabolismo excesiva y si es lenta, ocurre lo contrario.
Ambos están controlados directamente por las glándulas suprarrenales y tiroides.
Si su ritmo es lento, se manifestará por una pérdida excesiva de potasio y sodio y, finalmente, una disminución de la asimilación de magnesio y calcio en el tejido articular.
Debido a los depósitos de calcio por bioindisponibilidad, el calcio se acumulará en los huesos y tendrá artritis.
Si bien esto puede ocurrir con los oxidantes rápidos, los depósitos minerales son más comunes con los oxidantes lentos.
A menudo, en los oxidantes lentos, la acumulación de ceruloplasmina, debido al exceso de cobre, puede contribuir a la disminución de los niveles de sodio.
Esto contribuye en gran medida a la malabsorción de proteínas en el tejido conectivo y en el tejido articular, lo que eventualmente conduce a niveles bajos de vitamina C, sistemas inmunológicos suprimidos y producción de colágeno.
La condición empeora a medida que la tasa de oxidación disminuye a medida que se agotan otros minerales.
Hacer un cambio
Para cambiar estos síntomas primero debes echar un vistazo fundamental a cómo asimilas los nutrientes y cómo aumentar la absorción de los nutrientes beneficiosos.
Un Antiinflamatorio es fundamental para prevenir daños en huesos y articulaciones.
Mantenga una dieta baja en carbohidratos para mantener niveles moderados de líquidos y disminuir la inflamación en el cuerpo.
Bebe mucha agua y haz ejercicio moderado según tu capacidad.
Finalmente, ¡reponga, reponga, reponga!