Nutrición para la etapa de alarma

En la fase de alarma del estrés, el cuerpo almacena o elimina a través de los riñones cantidades excesivas de calcio, magnesio, zinc y cobre. El nivel más bajo de estos minerales da como resultado un aumento adaptativo necesario en la tasa metabólica, el tono muscular y una disminución del tiempo de reflejo, lo que permite al cuerpo tomar medidas inmediatas.

Para la persona que se encuentra crónicamente en la etapa de alarma de estrés, encontramos que la adición de calcio, magnesio, zinc y cobre suplementarios le ayuda a regresar al estado normal o de reposo. Ciertas vitaminas "B" como la colina, el inositol y el ácido pantoténico junto con la vitamina A y D son útiles para restaurar la homeostasis nutricional y bioquímica en esta etapa.

Entre los alimentos especialmente beneficiosos durante la fase de alarma se encuentran las carnes rojas, que contienen una mayor proporción de grasas y zinc que las proteínas no procedentes de las carnes rojas. Los productos lácteos (ricos en calcio) como la mantequilla y los quesos de buena calidad también son beneficiosos. Las nueces y las semillas son excelentes fuentes de magnesio, uno de los nutrientes más necesarios para los oxidantes rápidos. Los mariscos, ricos en zinc, también son beneficiosos.
Se ha demostrado que cambiar la dieta para incluir más grasas y aceites esenciales y reducir la ingesta de azúcar y carbohidratos simples es valioso para que estas personas recuperen una mejor salud. Un aumento (temporal) de la ingesta de grasas tiende a ralentizar una tasa metabólica excesivamente alta, evitando la pérdida excesiva de minerales, mientras que la ingesta de azúcar acelera aún más la tasa metabólica, lo que resulta en un brote de todos los síntomas asociados con la etapa de alarma del estrés.

Aunque aumentar el consumo de aceites y grasas en la dieta parece ir en contra de la tendencia moderna hacia dietas bajas en grasas, la investigación científica ha demostrado claramente que las grasas son beneficiosas para aquellas personas que se encuentran en la etapa de alarma del estrés. Estos individuos (oxidantes rápidos), a menos que se encuentren en una inversión de sodio/potasio (oxidantes rápidos quemados), normalmente tienen niveles de colesterol y triglicéridos bajos a normales y queman u oxidan las grasas de manera eficiente.

Nos gustaría agradecer al Dr. Eck por su contribución a este artículo.

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